jueves, 8 de octubre de 2009

Liberalismo en Cuba

LIBERALISMO EN CUBA
Frank Correa


“Los liberales son los que tienen la causa de la libertad en el corazón, los que no tienen miedo”.
Friedrich A. Hayeck.


El alumbramiento del Liberalismo en el mundo sucedió en Inglaterra, a finales del siglo XVII, donde comenzaron a labrarse los rudimentos de este orden deseable que hoy llamamos con propiedad corriente liberal.

La idea de la libertad individual sometida a la ley inspiró originariamente los movimientos liberales en Europa. Pensadores ilustres como David Hume, Adam Smith, Edmund Burke, T. B. Macaulay y Lord Acton, pueden ser considerados sus representantes típicos, que influyeron notablemente en la tradición política americana.

Filósofos importantes como B. Constant y A. Tocqueville en Francia, Inmanuel Kant, Friedirch von Schiller y Wilhem von Humbotld en Alemania y James Madison, John Marshall y Daniel Webster en Estados Unidos, profundizaron y moldearon las bases del Liberalismo que hoy conocemos y continuamos.

Como una especie de “parto inducido”, esta corriente filosófica engendra por naturaleza un sub género, y es sumamente importante diferenciarlos. Por esto, en su origen, la tradición de Europa continental lo ha definido también como “liberalismo”, ése que desciende directamente y hoy reivindica su nombre en Estados Unidos. Esta última versión, si bien comenzó con el intento de imitar la primera tradición, acabó interpretándola en el espíritu del racionalismo constructivista, prevalentemente en Francia, convirtiéndolo por tanto en algo muy diferente y, al final, en lugar de defender la limitación de los poderes del gobierno, llegó a sostener el ideal de unos poderes ilimitados de la mayoría. Voltaire, Condorcet, Rousseau, son sus máximos exponentes, y la Revolución francesa su cúpula, convertida en la antecesora del socialismo moderno.

Actualmente en Cuba, cumpliéndose tal vez las rigurosas leyes evolutivas que divergen dos tendencias de un mismo núcleo, existen las mismas dos corrientes liberales surgidas en Europa del siglo XIX:. La Unidad Liberal de la República de Cuba y la Convergencia Liberal.

Liberalismo y Democracia, aunque compatibles, no son lo mismo. El primero propugna la limitación del poder del gobierno, mientras que la segunda se preocupa en quién debe radicar ese poder. Podemos captar mejor la diferencia si nos fijamos en sus respectivos contrarios: lo opuesto del liberalismo es el totalitarismo, mientras que lo opuesto a la democracia es el gobierno autoritario. Es posible que un gobierno democrático sea totalitario y que un gobierno autoritario actúe sobre las bases de principios liberales. El segundo tipo de “liberalismo” se ha convertido de hecho en democraticismo más bien que en liberalismo. Al pedir que el poder de la mayoría sea ilimitado, resulta ser esencialmente anti-liberal.

Desde hace algunos años ha existido un renacimiento de la doctrina y la política liberal. Aunque se venia fraguando desde hacia tiempo no se puso de manifiesto hasta la crisis de los sesenta del siglo XX, sobre todo después del fracaso universal y sin paliativos de las economías planificadas del socialismo real.

También se vislumbra una marcada derivación liberal de los partidos conservadores y hasta de los partidos y gobiernos socialistas de los países desarrollados, hecho que exige delimitar el significado de conceptos no siempre bien definidos como por ejemplo el de “liberal” y “conservador”, sobre todo hoy día en que muchos conservadores se han acercado al liberalismo por su común oposición al socialismo y su defensa de la economía de mercado, aunque no compartan con los liberales ni un solo principio más.

El Liberalismo exige que el Estado, al determinar las condiciones en que los individuos deben actuar, fije las mismas normas formales para todos. Se opone a todo privilegio sancionado por la ley, a cualquier iniciativa gubernamental que conceda ventajas especiales a algunos sin ofrecerla a todos.

El liberal es el que no tiene miedo al cambio ni al progreso, porque le disgusta el inmovilismo que contraria su actitud abierta y confiada. Comprende que la realidad social constituye el fruto espontáneo de las acciones individuales libres.

Las primeras manifestaciones de existencia de una corriente liberal en Cuba datan del siglo XIX. Exactamente el 4 de Abril de 1888 se hizo público un manifiesto en el que se leía: “…Al Partido Liberal Autonomista, depositario de las esperanzas e ideales del pueblo cubano, encarnadas en la fórmula más depurada y persistente de su historia política y único partido de razonada oposición organizada en este país, le importa decir lo que piensa… El Partido Liberal Autonomista condena todo trastorno del orden, porque es un partido legal que tiene fe en los medios constitucionales y en la eficacia de la propaganda… Pero además, nuestro partido no romperá jamás su bandera, ni cederá el campo a los que vienen a malograr nuestra trabajadora cosecha, a hacernos cejar en la senda del progreso pacifico, a arruinar la tierra y nublar las perspectivas de nuestros destinos con horribles espectros: la miseria, la anarquía y la barbarie…”

Firmaban el documento José Maria Gálvez, José Bruzón, Rafael Fernández de Castro, Antonio Govin, Eliseo Giberga, Herminio Leyva, Ricardo del Monte, Rafael Montoso y Francisco Zayas.

Se debe recordar que el Partido Liberal Autónomo fue quien ganó las elecciones comenzando la Comunidad Autónoma Cubana, en Enero de 1998. España en un intento de solventar la aguda situación de crisis a finales del siglo XIX con la guerra prácticamente perdida sustituye como Gobernador de la isla a Valeriano Weyler por el General Blanco, nombra a un gabinete enteramente compuesto por cubanos y le otorga la Autonomía a la isla de Cuba.
Con la intervención norteamericana se inaugura el modernismo en la historia de Cuba. Comienza un despegue institucional en la enseñanza, en la organización económica y social, implementándose gradualmente obras de notable interés en el desarrollo vial y urbanístico de la isla de Cuba.

Son los presidentes liberales quienes aseguran de manera definitiva el salto cualitativo y cuantitativo que en pocos años colocó a nuestra patria dentro de la lista de países con mejores condiciones para el desarrollo de una sociedad moderna.

Con el régimen comunista instaurado a partir de 1959, surgieron diferentes organizaciones opositoras que a lo largo de 50 años han luchado y luchan por devolverle al pueblo de Cuba la libertad y sus derechos civiles. Ahí está la Unidad Liberal de la República de Cuba a la cabeza de los sueños liberales, formando al individuo del futuro, protagonista de los cambios que tanta sangre y sudor han reclamado a los cubanos de la oposición.


(Fragmentos del Ensayo premiado en el Concurso Literario sobre Liberalismo, organizado por el Centro de la Cultura UNESCO de Puerto Rico y otras instituciones liberales)

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