jueves, 8 de octubre de 2009

Un Ejemplo Inolvidable



UN EJEMPLO INOLVIDABLE Frank Correa

El 10 de Octubre de 1868, Carlos Manuel de Céspedes les dio la libertad a sus esclavos para dar inicio a la guerra de independencia.

Un hecho incomparable de desprendimiento existencial para la época, despojarse del calor de la familia, el amor de la esposa, renunciar a la preciada dotación de esclavos, a las comodidades de la hacienda y los manjares, a cambio de la aspereza del campo, la sordidez de la manigua, la molestia de los mosquitos, las privaciones de la guerra, la ingratitud de los hombres.

Esos son nuestros próceres con su 10 de Octubre. Francisco Vicente Aguilera dejando el asado por la fruta silvestre, cambiando la penumbra de la alcoba por la aridez de la intemperie, incluso posponiendo rencillas por caudillismo en el ara de la patria.

Ciento cuarenta y un años después ya no es importante saber si Carlos Manuel de Céspedes se adelantó a Francisco Vicente Aguilera en el grito de Yara, o si en San Lorenzo el Padre de la Patria fue traicionado por las fracciones del oportunismo. El ejemplo que irradian sus nombres y sus posturas políticas, trascienden nimiedades y acotaciones. Hoy son paradigmas olvidados por un régimen que apenas discierne la historia con la fábula, blasfemias de una cúpula gobernante que se aligera con vivir al día.

El 10 de Octubre seguirá siendo lo que ha sido siempre, una fecha singular de la Patria. El comienzo de la guerra contra España, ejemplo inconmensurable de la gallardía y el valor del cubano. Un recordatorio permanente que un día los cubanos dijeron basta, hasta aquí, es hora de parar.

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