LA CARRERA

Ana Aguililla. /Cambio Debate/
Yasnier lo tenía todo para ser feliz. Desde pequeño le prepararon una habitación especial, con televisor, DVD, computadora y Atari.
Su padre, que administra un mercado agropecuario en el Reparto Juan Manuel Márquez, del municipio Playa, al que todos conocen como “el dueño del agro”, le garantizaba también buena ropa, zapatos y la mejor merienda escolar.
Cuando Yasnier llegó a la mayoría de edad, se casó y decidió constituir su propia familia. El padre le dijo que era hora que hiciera dinero por su cuenta, para mantener a su esposa y su niña. Le compró tres carretones de caballo para que se buscara la vida.
El padre pensaba que Yasnier se dedicaría a transporte de carga ligera o de pasaje, pero el muchacho alquiló dos de los carretones por los que le pagaban un dinero mensual. Con el tercero participaba los fines de semana en las carreras que se realizan por dinero en la carretera de Cangrejeras.
En estos certámenes por cuenta propia participan muchos apostadores de Bauta, Seis Vías, Marina, Baracoa, Santa Fe y otros lugares colindantes. Vienen competidores desde muchos puntos de la geografía habanera. Se hacen apuestas también en carreras de motos, autos y caballos. Aunque están prohibidas, no se explica cómo cuándo hay competencias no aparece nunca la policía.
Yasnier se hizo líder en la especialidad de carreras de carretones. Obtuvo buenas ganancias durante año y medio, hasta el pasado 6 de agosto, cuando tras ganar la competencia del sábado y mientras celebraba su victoria, la yegua de tiro se soltó y cruzó la calle entre los autos. Yasnier corrió tras ella parea evitar que un carro la matara y fue él quien murió atropellado por un auto marca Lada, con chapa militar.