martes, 31 de mayo de 2011

COOPERANTES Y DOCTORES

Frank Correa

La calidad del sistema de salud pública en Cuba fue durante mucho tiempo promulgada como un logro innegable de la revolución. La construcción de hospitales, policlínicas, consultorios del médico de la familia, centros de elaboración de medicamentos y de investigaciones bioquímicas, parecían llenar las expectativas de la propaganda.

Pero una incisión, como la natural cuando el ciudadano común se enfrenta con el infortunio de alguna enfermedad, devela grietas y lagunas que sepultan la confianza de la población en el sector de salud, la higiene de los hospitales, la atención del personal médico, los diagnósticos, tratamientos y terapias.

Joaquín el pulpero, vecino de Tercera A entre 232 y 234, Jaimanitas, está profundamente arrepentido de haber ingresado a su madre en un hospital de la capital, donde dice que prácticamente la dejaron morir cuando ingresó por una simple neumonía que se complicó con agentes bacterianos adquiridos en la instalación, 26 días que Joaquín cuenta como una terrible pesadilla que compara con el filme de terror Sala 8.

Dice que vio a otros aquejados decididos a escribirle cartas a Fidel Castro reclamando que se tomen medidas contra los inculpados, albergan las esperanzas que escribiéndoles al comandante tienen mayores posibilidades de respuestas que si le escriben a Raúl, el actual presidente.

La mayoría de los médicos en Cuba tienen que ir al trabajo en bicicletas, o en ómnibus, andan demasiados preocupados en perseguir los pocos alimentos de la canasta básica que llegan a la bodega o a la carnicería, y tienen que inventar ingresos adicionales de diversas maneras para equilibrar el salario insuficiente que perciben.

Las misiones internacionalistas a otros países como cooperantes, le brindan al médico cubano la oportunidad de salir de la asfixia económica y existencial conque trabajan y viven en Cuba, las misiones son una inmejorable fuente para garantizar productos y artículos que desde una sala de hospital o en una consulta jamás conseguirían.

Un ejemplo del descalabro del sector de la salud se presenció en mi barrio hace unos días, cuando el doctor S y la doctora Y, dos médicos que residen en una misma cuadra se pelearon en plena calle según rumores motivados por desavenencias sobre el contenedor de basura situado en la esquina, pero otros comentarios arguyen que fuertes controversias sobre cuál de los dos irá de cooperante en la próxima misión a Venezuela, y las zancadillas que ambos galenos se propinan entre sí para resultar el elegido, son las verdaderas causas que provocaron que uno de los dos facultativos terminara en el fondo del contenedor.

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