jueves, 6 de octubre de 2011

ME CONECTO, LUEGO EXISTO

Frank Correa

Si al hombre primitivo le hubieran dicho que iba a terminar su historia conectado a una computadora y navegando por la Internet, de seguro propinaba un mazazo.

Pero los tiempos corrieron, de aquel neandertal salió este individuo del siglo veintiuno, por mucho que se le niegue va a terminar sentado frente a una máquina en el ciber espacio, ya sea como herramienta de trabajo, de información, o socialización, tres derivadas reconocidas con el programa televisivo Razones de Cuba, La ciber guerra, presentado este lunes 21 de marzo, en Cubavisión.

Pasaron antes las cámaras opiniones de autoridades cubanas en el tema de la Internet, bloggueros y periodistas oficiales, una voz en off que remarcaba las imágenes en la pantalla, y mucho Google, Twiter, sitios digitales acompañados de caras de presidentes de los Estados Unidos, la cabeza de un águila imperial con sus ojos tenaces y el pico garrudo, que alternaba con links, ventanas abiertas y mucha información incomprensibles para el cubano común.

Esa noche el gobierno comunista le brindó al pueblo de Cuba acceso gratuito a Internet por varios segundos, a un pueblo que no conoce de ese adelanto imprescindible de la ciencia de hoy porque le está prohibido, limitado a un ínfimo público, monitoreado minuciosamente, con sitios digitales satanizados que pincharlos pueden costar el puesto de trabajo o la libertad del individuo. También se vieron a Las Damas de blanco marchando, puertas de embajadas que se abrían y el plato fuerte: los premios en metálicos ganados por la bloguera Yoani Sánchez, circulados con creyón verde olivo como un delito.

Pudiera volverse una tentación para algunos de los cubanos comunes que vieron el programa ser bloguero, y pensar que es más fácil postear que acertar un número en la bolita, abrir una paladar, o incurrir en uno de los tantos negocios ilícitos que pululan en Cuba, donde se vive bajo el lema: sobrevivo, luego existo.

Del programa televisivo La ciber guerra, más que aviones de combate dirigidos por computadoras y el virus que no dejó despegar al escuadrón aéreo iraquí para el contraataque, la gente en Cuba quedó con la amarga sensación de vivir en el mismo atraso de incomunicación e información que aquel neandertal de hace doscientos siglos.

Tal vez para un anciano a punto de dejar el mundo no le interese más conexión que la de su tubo de oxigeno, pero las nuevas generaciones y las generaciones futuras luego de “sortear los escollos de los filtros” terminaran viviendo bajo el nuevo e irremediable lema: me conecto, luego existo.

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