martes, 28 de febrero de 2012

A 13 AÑOS DE LA MORDAZA DEL 13

Francisco Chaviano González

Jaimanitas, 12 de febrero de 2012 /Cambio- Debate/. El 9 de septiembre de 1998 el FBI de los Estados Unidos detiene a diez agentes cubanos que formaban parte de lo que se dio a conocer como “La Red Avispa”. En los meses que siguieron fueron apresados algunos espías más de Castro, entre los cuales el caso más relevante es el de Ana Belén Montes, analista del Pentágono para Cuba, quien había sido reclutada por los servicios cubanos de inteligencia (DGI).

Desde su triunfo en 1959, el gobernante cubano descarga su cólera contra el pueblo cubano como revancha ante cualquier revés en su confrontación con Norteamérica. Por ello, cuatro meses después de las detenciones de sus espías, el 5 de enero de 1999 en el aniversario de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), el Comandante pronunció un discurso donde tronó proclamando la terapia represiva: llamó a los gendarmes a darse a respetar a cualquier precio, tener mano dura con la población y ser implacable con el delito en un pueblo que está compelido a vivir inmerso en él.

Se instauró un estado de emergencia no declarado, las fuerzas especiales de la policía “Avispas Negras” y la policía militar del ejército “Boinas Rojas”, tomaron las ciudades por asalto. La represión con todos y contra todo se entronizó. Las calles se llenaron de uniformados acompañados de perros, quienes más allá de su propensión contra la juventud, en especial la afrodescendiente, no hacían distinción de sexo, edad o compostura. La gendarmería enardecida requisaba las ciudades.

En las prisiones se ensombreció el panorama para todos. En especial los prisioneros políticos fuimos objeto de una ola de represalias. Para todos disminuyeron las condiciones de vida y visitas familiares en forma drástica, a los que protestamos nos la suprimieron por años. En la Prisión Combinado del Este nos quitaron el soleador y quien suscribe estuvo 5 años sin ver al astro rey.

En el citado discurso, el líder cubano solicitó una sesión extraordinaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular para promulgar una ley contra todo tipo de manifestación contrarrevolucionaria. La reunión parlamentaria para aprobar la ley draconiana se convocó para el día 13 de febrero de ese año 1999, haciéndola coincidir con la Conferencia de Obispos Católicos de América que sesionaría durante cinco días en la Habana, con motivo del aniversario de la visita a Cuba del Papa Juan Pablo II.

El pleno de los diputados se ubicó ese día como desplante al Cónclave Católico y a la Iglesia en su conjunto. El gobierno justificó la elección de esa fecha, con eventos de la revolución ocurridos anteriormente ese día, pero este y aquellos tienen más que ver con las cábalas de Fidel nacido un día 13 de agosto del año 26, múltiplo de ese número, por demás considerado fatídico o diabólico en nuestra cultura. El caso más notorio tal vez, es el del Remolcador 13 de Marzo hundido el 13 de junio cuando trataba de escapar y en el cual perdieron la vida más de veinte personas casi todos mujeres y niños.

“Los niños cantores de la Habana”, como suelen llamar por ahí al parlamento cubano, aprobaron con la unanimidad estereotipada de siempre, el legajo presentado por los Castro, para convertirlo en: “Ley 88 de Protección de la Independencia Nacional y la Economía de Cuba”. Esta, junto a la acción punitiva que la rodeó, además de una revancha por la detención de sus espías, estuvo dirigida a paralizar la creciente oposición y el descontento popular, en el marco de la 9na Cumbre Iberoamericana a efectuarse ese año en La Habana.

Así se cumplen 13 años en el que el diablo en su onomástico de los días 13, de febrero en este caso, neutralizó el influjo positivo del Cónclave de amor en Cristo, estableciendo la represión como norma para acallar el clamor de libertad, mediante una imposición violatoria del derecho de los cubanos legalizada a la fuerza, que el pueblo denominó: “Ley mordaza”.

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