martes, 7 de junio de 2011

GRATUIDAD O ESTRATEGIA


Por Tania Díaz Castro

Revisar la cronología de los primeros años de la llamada Revolución cubana puede sorprender a cualquiera, sobre todo a aquél que nació mucho después. En los albores de esta historia, el gobierno castrista apretó todas las tuercas a quienes se sintieron engañados hasta convertirse de inmediato en una gran fuerza opositora. Soñaron con una democracia y se despertaron de pronto ante una férrea dictadura de izquierda. Es por eso que desde los finales de 1959 se han repetido actos hostiles hacia el régimen de Fidel Castro, utilizándose los mismos métodos terroristas del Movimiento 26 de Julio.

Mientras se fusilaba a diestra y siniestra ¨ a todo aquel que se opusiera a la Revolución ¨, como lo confirmó el Ché Guevara ante un grupo de periodistas en las Naciones Unidas, siempre acusados de ser agentes de la CIA, se aplicaban leyes contra una buena parte del pueblo que prefería la democracia, se creaban los Comités de Defensa a nivel de cuadra para la vigilancia de unos cubanos contra otros, y el régimen asumía el control total del poder judicial, la Seguridad del Estado, la policía, el ejército, etc., se implantó el sistema de gratuidad como línea ideológica, considerado en aquellos momentos como un logro del Socialismo, con el fin de ganar los adeptos que el régimen castrista necesitaba para su mantenimiento en el poder.

La historia comenzó así:

Se rebajó el 50% del alquiler de las viviendas, de los medicamentos, de la tarifa eléctrica, de los ómnibus urbanos; se suspendió el pago de los círculos infantiles, de los comedores obreros, de los eventos deportivos, de los servicios del agua, de los teléfonos públicos, del túnel de La Habana; se distribuía de forma gratuita los uniformes escolares, la ropa y calzado de los trabajadores agrícolas y se entregó un sin de títulos de propiedad de los inmuebles, los mismos que el Estado, en 48 años, no ha podido dar mantenimiento.

El 10 de enero de 1961 Fidel Castro anunció al pueblo que ya se elaboraban proyectos de nuevas viviendas para reemplazar los inhabitables solares, cuarterías o ciudadelas.

Los solares, cuarterías o ciudadelas, más inhabitables que ayer, en vez de desaparecer se multiplicaron, y poco a poco el pueblo dejó de sentirse favorecido por aquellos ¨ logros del Socialismo ¨.

¿Qué queda pues de toda esa vieja historia de la gratuidad?

Queda seguramente el recuerdo en los que hoy pasan de los sesenta años, y que según datos demográficos, representan la tercera parte de la población. ¿Será por eso –me pregunto-que muchos de los que recibieron efectos electrodomésticos de bajo consumo eléctrico -una idea del Comandante en Jefe- se olvidan de pagarlos?

De aquel pasado, de aquellas gratuidades implantadas, más como estrategia que como paternalismo o rasgo fundamental de una ideología llamada humanista y gracias a los sustanciosos créditos otorgados por la ex URSS, sólo queda el recuerdo, cada vez más lejano.
Santa Fe, 2011

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