martes, 31 de enero de 2012

EGRESO DE UN HOSPITAL NEGLIGENTE Y PREMIADO



Ana Aguililla
El pasado día 24 de enero, el niño Ernesto Ramírez Valdés, de 12 años de edad, asistió a la Escuela de Educación Especial Mártires de la Cubre, donde cursa sus estudios primarios al recuperarse de una celulitis facial provocada por una bacteria que se introdujo en su organismo por el arañazo de un gato y que le pudo hacer perder la visión totalmente.
El pequeño tiene varios problemas congénitos que incluyen falta de visión de un ojo. Su madre, Dayaris Valdés Rojas, agradece a Dios la recuperación de su hijo. Sin embargo, recuerda con pesar un incidente ocurrido en el Hospital Pediátrico Juan Manuel Márquez donde se encontraba ingresado Ernesto, que de no ser por su rápida reacción, hubiera retrasado el tratamiento y puesto en peligro la salvación de su hijo.
Según Valdés, el día 9 de enero, todos los niños de la sala Misceláneas donde trataban a su hijo fueron medicamentados excepto él, por lo que se interesó por este inconveniente ante la enfermera de turno.”Me dijo que la medicina de mi hijo la habían dejado guardada en el almacén con candado y que no podría hacer nada hasta el próximo día”. Explicó Dayaris, quien agregó: “Ante la emergencia, llamé por teléfono al puesto de mando de salud provincial para reclamar la atención de mi niño y los amenacé con llamar a la prensa extranjera.”
La gestión funcionó y finalmente le pusieron el medicamento indicado a Ernesto a pocos minutos de la media noche. No obstante, la administración del hospital en vez de aplicar medidas disciplinarias a la enfermera negligente, optó por impedir a Dayaris el acceso al teléfono, cerrando con llave la puerta de acceso y salida a la sala, hasta que el niño fue dado de alta médica.
Dayaris Valdés Rojas refiere además que la generalidad de los familiares de los pacientes, optan por llevar la comida desde su casa, dada la mala calidad de la que se brinda a los pacientes y acompañantes en este hospital. Otros salen a comprarla afuera, cosas que le quedaron vedadas a Dayaris al encerrarla. Asimismo plantea que las condiciones sanitarias de la instalación y la existencia de cucarachas en el pantry contrastan con la limpieza y mobiliario de la oficina del director del hospital donde se exhiben en la pared 21 premios por buen servicio.

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