martes, 19 de julio de 2011

ELEFANTES EN EL VI CONGRESO

Por Tania Díaz Castro

El folleto Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, que se vende por estos días en los estanquillos del país, por valor de cuatro pesos en moneda nacional, aprobados el 18 de abril de 2011 por el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba, me recuerda el famoso y viejo cuento popular El elefante, no se sabe traído de qué país ni por quién.
El cuento se basaba sobre la celebración de un Concurso sobre el elefante, en el que varios países competían con el fin de ganar, de acuerdo a sus ideas sobre el paquidermo, plasmadas en breves escritos.
El primero en llegar puntualmente fue Inglaterra, con un escrito titulado La historia social del elefante a partir de 1837, cuando visitaron el Palacio de Buckingham.
El escrito de Estados Unidos, entregado personalmente por su presidente John F. Kennedy se llamó: Los dólares que producen anualmente los elefantes.
El de Francia: Las relaciones sexuales entre los elefantes.
El de la URSS: La necesidad de producir elefantes para el próximo plan quinquenal con vistas a mejorar la calidad de vida de los pueblos soviéticos.
El de Suecia: Sistemas de cooperación entre los grupos de elefantes.
El de la China Popular: Nuestras discrepancias con el Camarada Elefante.
El de Italia: Cómo se logra un divorcio entre elefantes.
Cuando estaba a punto de terminarse el Congreso, entró corriendo Raúl Roa, de Cuba, con un disco debajo del brazo. Se disculpó por la tardanza y explicó que en La Habana, como todas las imprentas del Estado tenían exceso de trabajo, no hubo tiempo para redactar un escrito sobre El elefante, pero que Fidel Castro había ofrecido un discurso de siete horas sobre el tema. El discurso comenzaba así: ¨ Compañeros del concurso sobre el elefante: Durante la seudo república, en Cuba sólo vivían dos viejos y enfermos elefantes en el zoológico habanero. En 1959 se programó su producción y al cabo de dos años ya contábamos con un elefante por provincia. Cinco años después, teníamos siete. Así sucesivamente se fue incrementando la producción del elefante, en la que, por convicción patriótica, colaboró todo el pueblo junto a sus organizaciones de masas. Por la importancia que le vemos a este renglón de la producción animal, nos hemos propuesto como plan emulativo para que cada cubano pueda contar con un elefante en el patio de su casa para el año 2000… ¨.
Los que pertenecemos a la tercera edad, el folleto del VI Congreso del Partido comunista de Cuba nos recuerda a este viejo cuento callejero, aunque a un amigo, de ideas muy claras, sólo le parece ciencia ficción.
Cuanta verborragea excesiva, cuanto parloteo escrito para decir que la cosa anda de mal en peor, que si en medio siglo no se pudo, mucho menos ahora, que como dijo el otro día un panadero de Santa Fe: Apaga y vamos, que aquí no habrá jamás pan de piquitos.
Santa Fe, junio 2011

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