martes, 20 de octubre de 2009

Papá Estado


PAPÁ ESTADO.
Pablo Silva Cabrera.

Cuenta una fábula rusa, que en cierta ocasión Stalin quiso poner fin a las preocupaciones del Politburó y les dijo: ¿Quieren saber como se debe tratar al pueblo? Pues bien, les mostraré.

Mandó a que le trajeran un pollo vivo, y con mucha paciencia lo desplumó completamente. Luego puso en el piso al animal adolorido, quien al verse liberado corrió despavorido para escapar del inmueble. Ya en el exterior el sol le castigó y como no contaba con la protección de sus plumas, se vio obligado a buscar la sombra. Bajo techo comenzó a sentir frío por la misma falta de su natural cobija. Entonces se encontró con las botas de Stalin y se acurrucó a ellas en busca del calor que precisaba. El sátrapa le echó entonces algunas migajas para saciar el hambre del ave y partir de ese momento el animal comenzó a seguirle a todas partes.

El Hombre de Acero, con aquel sencillo acto, había resumido el secreto de la gobernabilidad comunista: lograr la más absoluta indefensión del ciudadano, para poderlo controlar mejor.

El Estado comunista cubano supo aplicar muy bien las enseñanzas estalinistas, convirtiéndose en el único empleador, el único autorizado a brindar servicios de educación y salud, el distribuidor de alimentos y de todo lo necesario para la vida. Los ciudadanos dependíamos de este Estado ¨benefactor¨ y paternalista hasta para celebrarle los quinces a la niña.

La iniciativa privada era vista como una desviación ideológica. Nada de reparar el calzado o los efectos eléctricos en otros lugares que no fueran los talleres estatales; hasta los limpiabotas fueron tildados de pequeños burgueses.

Por esta razón han resultado tan chocantes las declaraciones del Comandante de la Revolución y Vicepresidente del Consejo de Estado Ramiro Valdés, en un recorrido por obras y centros laborales de Santiago de Cuba: Tenemos que tratar (…) que las masas participen en la solución de sus propios problemas y no esperar que papá Estado venga a resolverle y como los pichones: abre la boca que aquí tienes tu comidita. Así no es.

Ya papá Estado empezó a virarles las espaldas a sus pichones: eliminó las anteriormente obligatorias Escuelas en el campo y se ha anunciado el cierre de comedores obreros. La crisis económica por un lado y la proverbial ineficiencia de papá Estado por el otro; lo han llevado a una situación en que ya no puede garantizar ni siquiera una magra alimentación a sus pichones.

Pero por esto que nadie se imagine que papá Estado ha cambiado y dada su confesa incapacidad permitirá que los ciudadanos comiencen a crear riquezas al margen de él. Los pollos – papá Estado no lo sabe pero ya son gallos – deben continuar desplumados y ahora sin poder encontrar el calor paternal.

Le auguro muchas noches de insomnio a Ramiro Valdés y aql resto de los ancianitos del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de Cuba. Porque como al emblemático Gallo de Morón, el estar desprovisto de plumas nunca le ha impedido el cacareo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario